La radio de otro mundo

Clara Mustata

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Encontrar los sonidos de otro mundo

Un lugar donde los muertos paren de pensar ¿Por qué?

Mientras que nos ven desde un cielo de bienvenida  

Donde a primera vista, dejamos de parecer peones ignorantes                     

Viviendo cada momento fugaz

Como si la vida fuera un libro divertido y interminable

aprendiendo el aroma del tiempo

una memoria dulce y dolorosa

olvidando a los que vinieron antes

la fuente oculta de la nuestra mayor fortaleza

         

Si sintonizara las ondas quizás pueda

decorar y envolver las memorias

en la sabiduría de unas fotografías.

Con las palabras que ellos nos dejaron

podría construir un reino

un lugar donde todos lo logran

donde las esperanzanas nadan a través de la corriente

donde ni siquiera el resurgimiento del mayor temor

puede interferir con la ola eléctrica que te impulsa

 

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Encontrar unas ondas radiales perfectas

para encontrar a mis ancianos

Cuando que finalmente los encuentro

se siente una presencia inolvidable lavándome

con un calor nostálgico que desemboca

en la laguna de mi mente

un momento que se termina a las puntas de mis dedos cruzados

no puedo ver ninguna cara

ni la de él ni la mía

aun se siente que alguien me mira

cuando la interferencia del radio desaparece

el zumbido de una voz inunda todo

como un motor viejo apagándose por la primera vez

en un siglo a secas

un susurro de un pesado inhumano

hablando de su existencia aflictiva

mirando la misma película cada día por 50 años

lo que es nuestras vidas

desarrollándose  

delante sus ojos que siempre soñaban abiertos 

un hombre solo para siempre

silenciado en una sala de cine

Como encarcelado afuera de una pecera

Respirando una libertad falsa cada día

Como un paseante que es testigo de la historia

 

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Tranquilizar el remordimiento insaciable

cuando escucha la primera palabra

de su última sobrina

Mi primera palabra

Vocalizada a 1,000 años luz

 

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Transmitir consejos a los con legados congelados

Incendiar miles de páginas de esperanzas desteñidas

Convertir humos de sueño en cenizas de la historia

Infundir sus palabras con el peso de unos mil océanos

Porque las palabras sin audiencia no tienen sentido

 

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Hablar con los que hubieras debido conocer

Los que terminan nuestra canción de niñez

Los que tienen la llave para todas las preguntas sin respuesta

Los que conocíamos solamente en el álbum de recortes

Les preguntaría más sobre sus últimos momentos

Antes de que el último aluvión los transportara a un otro mundo

 

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Contarle la historia desconocida de sus niños

La historia que ellos solamente observaban desde lejos

Cada día repitiendo los recuerdos en su mente

El aire salino en la mañana cuando

su niña entró en el océano la primera vez

El mismo océano que

cubriría su padre algunos años después

Como una manta sofocante

que le ha puesto en una tumba de corrientes

Cada día soñando por

Una conversación más

Un último abrazo

 

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Finalmente encontrar a un ángel

Que entienda lo imposible

con quien comparta sangre

Quien necesite más que lo proteja

con quien pueda hablar mi lengua

Quien tenga una voz tan rasposa

como las ondas que lo interruptan

Lleno de arrepentimientos inevitables

Y consejos que me conduzcan

Y llenar sus páginas no escritas

Con la vida no vivida

 

Si sintonizara las ondas quizás pueda

Aprender como encontrarme en sus sueños incompletos

Donde yo debo aprender montar la ola

donde mi ángel se perdió hace muchos años

y revelar los secretos olvidados del pasado

que me impiden combatir la corriente

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